El oro lo transformamos en lodo
Nadie en este planeta duda, ni por un instante, de que no se merezcan esta medalla.
Sus primeras palabras son de agradecimiento para familiares, amigos, entrenadores, clubes que les han apoyado SIEMPRE a seguir buscando sus sueños.
Tampoco se han querido olvidar de aquellas que se han quedado en el camino, porque sus reivindicaciones les han obligado a bajarse del tren.
¡Por fin llega el tiempo de la celebración!, pero……..
Unas imágenes en distintos espacios de tiempo se hacen virales y se entremezclan:
Los abrazos de las campeonas, el morder las medallas, el levantar el trofeo, el reencuentro con sus familias con:
El gallo del palco, el salto del sapo, el piquito de oro, el hombre del saco, etc
El protagonismo de este gran logro se desplaza hacia el máximo representante de este deporte en nuestro país (jamás debió de suceder).
Según el reglamento y los protocolos de dicha federación; si estas instantáneas las hubiera protagonizado cualquier otra persona integrante de la expedición, recibiría la carta de despido al bajarse del avión.
Y tod@s aplaudiríamos el intento por parte de la institución, de tratar de limpiar la imagen bochornosa ofrecida gratuitamente al mundo entero.
El resto de disciplinas deportivas sabemos que, ante un logro histórico como este por parte de “nuestra hermana mayor”, puede traer consigo avances en las demandas históricas y lograr mejoras para TOD@S tanto laborables, sociales, de conciliación, etc.
Creo que todos los hombres y mujeres que amamos un deporte, no deberíamos quedarnos de perfil. orologi replica
Porque en estos momentos, su lucha, es nuestra esperanza.
Mª José Ondina